Fecha: 20-10-92; Estadio: Santiago Bernabéu;
REAL MADRID CF - TORPEDO MOSCU (RUS) 5-2
Arbitro: Vanderwinningaart (Bèlgica)
Goles: 1-0 9´Hierro, 2-0 25´Hierro, 3-0 33´Hierro,
3-1 38´Shustikov, 3-2 40´Grishim, 4-2 53´Zamorano,
5-2 85´Michel.
REAL MADRID, 5 :
Buyo, Nando, Sanchís, Rocha, Lasa, Michel, Hierro, Prosinecki (Milla 66¨),
Luis Enrique, Butragueño (Alfonso 64¨), Zamorano.
TORPEDO MOSCU, 2 :
Podshivanov, Arefiev, Fimonov, Cheltsov, Vostrosablin, (Savichev 46¨),
Afanasiev, Grishim, Chugainov, Shustikov, Tischkov, Ulyanov.
El Madrid jugó, tres partidos en uno, la trinidad que ningún equipo quiere. Alcanzó el promedio para una goleada de estrépito, recibió dos tortazos seguidos y se encontró con la obligación de solucionar un resultado muy comprometido cosa que logró a última hora con el penalti a Alfonso. Medio esquizofrénico, el encuentro es tuvo lleno de trampas. La crecida goleadora del Madrid se debió más que nada al apetito de Hierro, que comió a dos carrillos durante la primera hora.
La historia de la noche la escribió Hierro, aunque el juego lo firmó Michel en exclusiva. El medio centro hizo lo que mejor sabe: arreó a la pelota con dureza y marcó tres goles, cada uno diferente, sin sutilezas como cabe esperar de él. Hierro tiene un seguro de vida con noches así. Le basta con presentar su tarjeta de goles para callar los críticos que discuten su posición en la cancha. El chico saca partido del valor máximo del fútbol: el gol. Lo demás son patrañas, dirá.
La verdad es que Hierro vive muy a gusto con partidos de esta especie. El trote corto le viene de maravilla. Cuando los partidos se ponen flojos, el jugador madridista aparece como un rey, todo zancada y zapatazo. Su problema viene cuando el juego se vuelve misterioso o veloz. Entonces Hierro desaparece de escena, devorado por la velocidad de la pelota y por su lentitud para moverla. Pero esos partidos son los menos. Media docena o así, aunque sean los más cruciales.
De la misma manera que Hierro se hizo el seguro de vida en la media con su tacada de goles, Buyo firmó su finiquito como portero del Madrid. No importa demasiado que los re mates de Shustikov y Grishin tuvieran muy buena pinta. Es más decisivo el valor simbólico de los goles, justo cuando el guardameta comenzaba a reclamar la titularidad. En caso de duda siempre hay que ajustarse a la máxima: hay que ser bueno y parecerlo. Buyo no lo pareció, como tantas otras ve des en, los torneos europeos.
Mientras el partido iba dictando sentencias para éste y para aquél, Michel continuó en vena. En un duelo con poca chicha, Michel hizo todo lo posible por salvar el juego y la suerte de su equipo, tanto en los minutos alegres como en la cuesta del segundo tiempo. Intuyó muy rápido que el Torpedo era vulnerable en el ataque aéreo y comenzó a sacar balones hacia el área pequeña, entre la agonía del portero ruso. El tal Posivalov sólo quería balones de frente y Michel le tiraba el centro cruzado cada dos minutos. Por ahí vinieron los goles de Hierro.
La iniciativa de Michel fue apoyada por todo el equipo durante los primeros 15 minutos del segundo tiempo. La pelota discurrió con más velocidad y los desmarques fueron más vivos, una condición necesario para burlar la marca individual de los defensores del Torpedo. Cuando hay un poco más de arranque, Hierro pierde estrella. No marcó el cuarto, que fue para Zamorano. El Torpedo ya no podía reaccionar, como en el primer tiempo.
Sólo quedaba la duda de la magnitud del resultado. El Madrid jugó toda la segunda parte en la frontera entre la intraquilidad y la confianza en la diferencia de goles. Dos eran escasos; tres, suficientes. Se esperó hasta los últimos momentos. Alfonso buscó la pierna de un de fensa en un engatillado de regates y la encontró. Chelsov le trabó un poco y el delantero se fue al suelo en el área. Michel estableció el quintó gol y todos . los madridistas se fueron tranquilos. Todos menos Buyo.
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DIECISEISAVOS DE FINAL (VUELTA)
Fecha: 05-11-92; Estadio: Torpedo (Moscu)
TORPEDO MOSCU (RUS) - REALMADRID CF 3-2
Arbitro: Villeverg (Holanda)
Goles: 0-1 9´ Zamorano; 1-1 11´ Talalaev;
1-2 56´ Hierro; 2-2 61´ Tisshkov, 3-2 77´Murasov;
TORPEDO, 3 :
Polchenikov, Filmonov, Cheltsov, Afanasiev, Musarov, Shustikov,
Grishim, Arefiev (Ulyanov 63¨), Chugainov, Tishkov, Talalaev (Zhukov 80¨).
REAL MADRID, 2 :
Jaro, Chendo, Sanchís, Nando, Villaroya, Michel (Milla 63¨), Prosinecki,
Hierro, Luis Enrique, Butragueño, Zamorano (Alfonso 58¨).
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El Real Madrid consiguió su objetivo de alcanzar la ronda deoctavos de final de la Copa de la UEFA, pero no añadió gloria a su europalmarés. El equipo español, que se adelantó por dos veces en el marcador, aca bó sucumbiendo ante el modesto Torpedo de Moscú, cuyos jugadores, equipo técnico y afición recibieron la mínima vic toria como si de una gran gesta se tratara. Un grupo de ciudadanos de Tif lis (Georgia) llegaron hasta Moscú para recibir de Ramón Mendoza, presidente del club blanco, su aprobación para fundar la primera peña madridis ta en la localidad. La tuvieron, pero esa fuesu única alegría. Los georgianos del Madrid vieron el partido y acabaron cier tamente decepcionados. Ni el amparo de la cómoda ventaja obtenida en el partido de ida (5-2), ni el frío moscovita, ni el verse pronto con ventaja y nunca en verdadero peligro de eli minación, son eximentes para un Real que no estuvo a la altu ra del prestigio que todavía mantiene por aquí. El Real fue siempre por delante hasta que encajó el tercer gol, pero nunca tuvo el temple suficiente para admi nistrar su ventaja, que le habría valido para refórzar su rol en el fútbol continental, últimamente maltrecho. Iván Zamora no aprovechó una buena jugada de Michel para abrir el mar cador, pero la ventaja le duró al Real un abrir y çerrar de ojos. Los chicos del Torpedo lo que cobran Butragueño y Prosi recki supera largamente el presupusto del club moscovita le echaron en todo momento la ilusión y el afán de que care ció su adversario. Zamorano marcó a los nueve minutos, Ta lalaev empató a los 12. Tras el descanso, el inevitable Feman El técnico no apuesta por Buyo esta vez Benito Floro-hizo debu tar a Paco Buyo esta temporada en el parti do de ida ante el Torpe do. Parecía como si qui siera jugar con Jaro en la Liga y Buyo en Europa. Ayer salimos dedudas: - el portero titular del Real Madrid es Jaro. Manolo Sanchís tam bién fue protagonista.Vto dos amarillas y fue expulsado. Esa doble amonestación le impe dirá jugar el próximo eu ropartido de su equipo. Y, lo que es peor,. como - en la primera eliminato ria también fue amo nestado, cuando vuelva Sanchís estará a una tar jeta de una nueva sus pensión. La defensa sigue dándole quebraderos de cabeza a Benito Flo ro, que ayer debió echar en falta al lesiónado Rocha. No es seguro qué el brasileño pueda jugar el domingo frente al Espa ñol, en la Liga. do Hierro (cuatro de los siete goles que su equipo obtuvo en esta eliminatoria llevan su firma) volvió a adelantar al Real. Se cumplía el minuto 57. Tres después, Tichkov ponía el 2-2 en el luminoso. La locura para la afición del Torpedo llegó poco después, cuando Murashov, 77 minutos, batía al sorprendi do Jaro y ponía en definitiva ventaja a los suyos. El triunfo del equipo ruso no puede considerarse in justo si pensamos que, por una vez y séguramerite sin que vaya a servi de precedente,-triunfó la ilusión por encima de la especulación. El Torpedo llegó vencido desde Madrid. El equipo perdió sus opciones cuando dejó que el Real se le es capara en el Bernabéu hasta el 5-2 después de haber recorta do el 3-O inicial madridista hasta un esperanzador 3-2. Pero el Torpedo sí supo encarar el partido más allá de un trámite. Y obtuvo su premio a través de una victoria que los seis mil espectadores que aproximadamente asistieron al encuentro tardarán mucho tiempo en olvidar. La sociedad rusa está muy necesitada de alegrías y el fútbol, qué duda cabe, es un vehículo para que los aficionados olviden duran te hora y media las penalidades cotidianas y se entusiasmen con los goles del equipo de sus amores. Los del Torpedo sa caron pecho ayer por Moscú, y lo seguirán haciendo durante unos días, porque el todopoderoso Real Madrid cayó venci do por la gallardía de sus jugadores, el mejor pagado... cinco mil pesetas al mes.
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